MONICIÓN DE ENTRADA
El domingo es siempre día de alegría y de fiesta. Y con este sentimiento festivo y fraternal os damos nuestra más cordial bienvenida a la Eucaristía, eje principal del domingo. Hoy Jesús de Nazaret va a producir un profundo asombro entre los asistentes al culto de la sinagoga de Cafarnaún. Su autoridad –lo reconocen todos—está incluso por encima de su poder para expulsar demonios. Su autoridad se palpa por ser Rey de todo lo creado. Pero dicha autoridad no tiende al abuso como la que ejercían –y ejercen—muchos. Su autoridad cura y devuelve la felicidad a los enfermos y oprimidos. Y hoy igual ocurre con nosotros. Es Jesús nuestro apoyo y camino para conseguir la paz y la felicidad. Iniciemos, pues, nuestra eucaristía con entusiasmo…