MONICIÓN DE ENTRADA
Sed todos, hermanos y hermanas, bienvenidos a la Eucaristía. Celebramos hoy el Domingo Veinte del Tiempo Ordinario. Vamos a asistir a la expresión clara de la gran misericordia de Dios, que desea la salvación y la felicidad de todos. El evangelio nos va narrar la bella historia de la mujer cananea, que con su oración humilde, hace que Jesús abra su corazón a este ejemplo de fe grande. Jesús ya lo ha dicho otra vez: “Pedid y se os dará”. Que nuestra soberbia no bloquee nuestras peticiones y que confiemos en la bondad y generosidad de Dios. Y ante esa bella perspectiva iniciemos nuestra Eucaristía con alegría y esperanza.