Jueves Santo. Santa Misa de la Cena del Señor (21/04/2011).

MONICIONES

Monición de Entrada.
Dentro de unos instantes vamos a recibir en silencio al sacerdote, pero antes queremos deciros que vamos a celebrar sobre todo el Amor de Dios en la forma de la Institución de la Eucaristía. Y el amor de Cristo por todos sus discípulos –los de antes y los de ahora—a quienes les lava los pies. Hoy en todas las iglesias del mundo se repetirá estas muestras del amor de Dios a sus criaturas. Abramos, pues, nuestros corazones al amor, dejemos nuestras diferencias y comencemos a seguir al Señor Jesús en estos días fundamentales para nuestra Fe.

Monición antes del lavatorio.

La narración del Evangelio, que acabamos de escuchar, nos lo muestra bien claro. Jesús, adoptando un papel de esclavo –sólo estos lavaban los pies a los hombres libres—les muestra su amor y les da ejemplo a los discípulos lavándoles los pies. Todos hemos de servir a los hermanos y no esperar ser servidos. Profundicemos, con emoción, en este misterio de amor que Cristo nos mostró hace mas de dos mil años. Y veamos, hoy, en el sacerdote que lava los pies a nuestros hermanos un continuador humilde de la gran lección del Salvador.

Monición para la Reserva y Procesión al Monumento.

Con la gran emoción que hemos sentido en todos los actos de esta celebración, vamos a acompañar en procesión, al Sacramento del Amor, al Cuerpo de Cristo, que se reserva, para la comunión de mañana, en el Monumento que hemos preparado. Y si hoy hemos visto el amor de Jesús en dos signos maravillosos, mañana asistiremos a la consumación suprema de su amor con la entrega a la muerte y una muerte de Cruz. Preparemos nuestro ánimo para la celebración de mañana, Viernes Santo, testimonio de la entrega total de Jesús de Nazaret por nuestra salvación.

Exhortación de despedida.

Hemos iniciado el Triduo Pascual. Nos acercamos a la muerte del Señor y a su gloriosa resurrección. Son horas de enorme intensidad. Tengamos el ánimo dispuesto para seguir celebrando los misterios de nuestra fe. No cerremos nuestro corazón cuando, ahora, salgamos del templo. Meditemos en nuestras casas todo lo que hemos vivido hoy aquí.


1ª LECTURA: LECTURA DEL LIBRO DEL ÉXODO 12, 1-8.11-14

En aquellos días, dijo el Señor a Moisés y a Aarón en tierra de Egipto: "Este mes será para vosotros el principal de los meses; será para vosotros el primer mes del año: Decid a toda la asamblea de Israel: el diez de este mes cada uno procurará un animal para su familia, uno por casa. Si la familia es demasiado pequeña para comérselo, que se junte con el vecino de casa, hasta completar el número de personas; y cada uno comerá su parte hasta terminarlo.

Será un animal sin defecto, macho, de un año. Cordero o cabrito. Lo guardaréis hasta el día catorce del mes y toda la asamblea de Israel lo matará al atardecer. Tomaréis la sangre y rociaréis las dos jambas y el dintel de la casa donde lo hayáis comido. Esa noche comeréis la carne, asada al fuego, comeréis panes sin fermentar y verduras amargas.

Y lo comeréis así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y os lo comeréis a toda prisa, porque es la Pascual, el Paso del Señor. Yo pasaré esa noche por la tierra de Egipto y heriré a todos los primogénitos del país de Egipto, desde los hombres hasta los ganados, y me tomaré justicia de todos los dioses de Egipto. Yo, el Señor. La sangre será vuestra señal en las casas donde habitáis. Cuando yo vea la sangre, pasaré de largo ante vosotros, y no habrá entre vosotros plaga exterminadora, cuando yo hiera al país de Egipto. Este día será para vosotros memorable, en él celebraréis la fiesta del Señor, ley perpetua para todas las generaciones.

Palabra de Dios
SALMO RESPONSORIAL. SALMO 115

R.- EL CÁLIZ DE LA BENDICIÓN ES LA COMUNIÓN CON LA SANGRE DE CRISTO

¿Cómo pagaré al Señor
todo el bien que me ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación,
invocando su nombre. R.-

Mucho le cuesta al Señor
la muerte de sus fieles.
Señor, yo soy tu siervo,
hijo de tu esclava;
rompiste mis cadenas. R -

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor mis votos,
en presencia de todo el pueblo. R.-

2ª LECTURA: LECTURA DE LA PRIMERA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS CORINTIOS 11, 23-26

Hermanos:

Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido: Que el Señor Jesús, en la noche en que iban a entregarlo, tomó un pan y, pronunciando la Acción de Gracias, lo partió y dijo:

—Esto es mi cuerpo, que se entrega por vosotros. Haced esto en memoria mía. 

Lo mismo hizo con el cáliz, después de cenar, diciendo: 

—Este cáliz es la nueva alianza sellada con mi sangre; haced esto cada vez que bebáis, en memoria mía. Por eso, cada vez que coméis de este pan y bebéis del cáliz, proclamáis la muerte del Señor, hasta que vuelva.

Palabra de Dios


ACLAMACIÓN Jn 13,14

Os doy un mandamiento nuevo que os améis mutuamente como yo os he amado, dice el Señor.


LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN JUAN 13, 1-15

Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando (ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara) y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido. Llegó a Simón Pedro y éste le dijo:

—Señor, ¿lavarme los pies tú a mí? 

Jesús le replicó: 

—Lo que yo hago, tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde. 

Pedro le dijo: 

—No me lavarás los pies jamás. 

Jesús le contestó: 

—Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo. 

Simón Pedro le dijo: 

—Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza. 

Jesús le dijo: 

—Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos." (Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: "No todos estáis limpios".)

Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo:

— ¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis "El Maestro" y "El Señor", y decís bien, por que lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros: os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis.

Palabra del Señor

Comentario al Evangelio del Domingo: "AMAR Y SERVIR A LOS DEMÁS".

1.- SACRIFICIO DE COMUNIÓN.- "Este mes será para vosotros el principal de los meses..." (Ex 12, 1). Las prescripciones sobre el rito de la Pascua se inician hablando del día y mes en que se ha de celebrar, al tiempo que se insiste en la importancia que ha de tener para los israelitas. Esa recomendación divina caló en el pueblo elegido, tanto que ese día se llama la "fiesta de los judíos". En ella se celebraba la liberación del poder opresor de Egipto.

Es un acontecimiento capital de la Historia de la Salvación en la fase del Antiguo Testamento. En él se anunciaba, se prefiguraba la auténtica liberación que con Jesucristo, el nuevo Moisés, ocurriría en los tiempos mesiánicos. En efecto, así ha sido. Pero con la gran diferencia de que en aquel caso se trataba de una liberación política y material, y en el caso de Cristo se trata de una liberación más profunda y radical, trascendente y sobrenatural, la liberación de la muerte, la liberación del pecado.

2.- TRADICIÓN, REALIDAD DINÁMICA Y VIVA. "Yo he recibido una tradición, que procede del Señor y que a mi vez os he transmitido..." (1 Co 11, 26). San Pablo escribe una de las páginas que refleja la vida de la Iglesia en la época de sus comienzos. Entonces, como ahora, había un acontecimiento que era central en la existencia cotidiana de los primeros cristianos, la celebración de la Eucaristía, la Santa Misa. A él se refiere en este pasaje. Y lo hace poniendo de relieve que se trata de una doctrina que viene del Señor y que pasa por los apóstoles, de los cuales es él uno por voluntad de Dios.

Y pone como argumento previo, la premisa mayor decían los escolásticos, que cuanto les va a decir lo ha recibido de Cristo, es una tradición. Esto es, una verdad original que ha sido trasmitida con fidelidad exquisita, sin quitar ni poner nada. Y al mismo tiempo una verdad que sigue viva y vibrante, una realidad salvadora que se proclama y transmite, como una antorcha que no se apaga y que se va pasando de mano en mano, siempre con la misma luz y claridad.

3.- EL AMOR EXTREMOSO DE CRISTO. "...habiendo amado a los suyos, los amó hasta el extremo" (Jn 13, 1). El amor de Jesucristo es un amor divino, pues El es el Hijo de Dios, hecho hombre sin dejar de ser Dios. Por eso su actuación nos sorprende tantas veces, nos desconcierta incluso, se nos hace incomprensible. En el pasaje de hoy eso es lo que le ocurre a San Pedro, no le cabe en la cabeza que Jesús lave los pies a sus discípulos, cuando ese menester era tan humillante que no se le podía exigir, según las leyes judías contenidas en la Mina, a ningún hijo de Israel.

Pero Jesús les quería enseñar que era necesario amar, y en consecuencia servir a los demás, hasta en el menester más humilde, e incluso humillante. Era el suyo, es y será, un amor sin límites, extremoso podemos decir. Algunos traducen hasta el fin en lugar de hasta el extremo. En el original griego se usa una palabra, teleios, cuyas raíces aparecen cuando se dice que todo se ha cumplido (tetélestai), momento en Cristo muere de amor por los hombres, dejándonos una lección inolvidable y exigente.

Por Antonio García-Moreno

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Fuente: Betania.

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